SOBRE ROCIOS: Emperador Constatino bg038 Pictures, Images and Photosbg038 Pictures, Images and Photos

jueves, 3 de febrero de 2011

Emperador Constatino



La Cristiandad como conjunto de países cristianos nació en el siglo IV, cuando el emperador converso Constantino hizo de ella la religión oficial del Estado y en el 325 convocó el primer concilio ecuménico, el de Nicea, presidido por el papa Silvestre I y al que asistieron representantes de todo el mundo civilizado. Entre los pueblos bárbaros fue el reino de los francos el primero que se cristianizó, al convertirse su rey Clovis (o Clodoveo) en el 496, le siguió el reino visigodo de Hispania en el 587. Con San Benito de Nursia la Cristiandad cobró realidad en el siglo VI, desarrollándose un tejido de monasterios en los que se preservó la fe, se transmitió la cultura clásica y se evangelizó de nuevo Europa, incluso mucho más allá del antiguo Imperio Romano.


En los siglos XII y XIII se alcanzó el apogeo de la Cristiandad. Fue un período de plenitud, de altos ideales y de inesperados prodigios, en el que la conquista de Jerusalén y el establecimiento de un reino y varios principados en Tierra Santa provocó un desbordamiento de alegría piadosa y una revitalización de la fe.


En aquella Europa existían monarcas fieles al Papa que se convirtieron en el brazo secular de la Iglesia Católica, en el marco de una permanente “alianza entre el trono y el altar”, a diferencia de los díscolos emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico, que habían dejado de ser defensores de la Santa Sede. Al rey que recogió esta función protectora, para hacer sobrevivir el ideal profundo del Imperio, se le dio el título de Cristianísimo, como en el caso de los Capetos de Francia, o sencillamente Católico, como se calificó a los primeros reyes de la España unificada



Los líderes cristianos de la realeza de Europa entre los siglos VIII y XVI se suceden durante treinta generaciones de diferentes dinastías: siete son Carolingios, cuatro Sajones, diez Capetos, cinco Valois, tres Habsburgos y los primeros reyes de la España unificada. Pero todos pertenecen a un solo linaje que desciende del enlace entre la Casa real de David en Occidente y la estirpe cristiana de Carlomagno. A lo largo de este período destacan cuatro soberanos como grandes protectores de la Iglesia, defensores de la Cristiandad en el exterior por medio de las armas y en el interior por la difusión de la fe: el carolingio Carlomagno, el sajón Otón III, el Capeto San Luis y el Habsburgo Carlos V.



En el año 800, el Papa León III coronó a Carlomagno, rey de los francos, como emperador de los romanos y líder secular de la Cristiandad, el que pasaba a sustituir en Occidente al emperador de los bizantinos o romano-orientales. Entonces, la Cristiandad pasó a replegarse a Europa occidental, en Roma y en Aix-la-Chapelle.

En la segunda mitad del siglo IX, la institución imperial se encontraba ya en crisis, a la vez que el propio linaje carolingio se deshacía en luchas fratricidas. En cambio, emergían poderosos los Robertinos en Francia y los Sajones en Alemania. Ante ello, el Papa de Roma, que no podía ampararse en los cada vez más débiles carolingios, comenzó a recurrir a estas familias para la defensa de los intereses pontificios en particular y cristianos en general.

0 comentarios: