Buenos Días que me dan.
¿ A quien no le gusta el café ?
en Venezuela Un Guayoyito, un negrito corto, con leche, marroncito...
Como lo quieras tomar y lo mas importante quien te acompaña
Con una simpática leyenda por allá del año 3 d.c. con un pastor llamado Kaldi de Abisinia, Etiopía; quien descubre que sus cabras después de comer los frutos de un arbusto silvestre, se comportaban muy animadamente.
Sin pensarlo él mismo lo prueba y para su sorpresa, comenzó a sentirse extraordinariamente animado y fortalecido. Pensando que es un milagro corre a comunicárselo al abad de un monasterio cercano, quien da de beber la infusión de esta semilla a los monjes, descubriendo así la virtud de poder mantenerse en vela durante las oraciones nocturnas.
A raíz de esto, el viaje del fruto es intrincado debido al excesivo celo de los árabes de no querer compartirlo. Incluso prohíben la salida del grano, de tierras musulmanas, con sus propiedades germinales, sólo tostado.
El café comienza inseminando la tierra árabe y su semilla se esparce por todo el mundo. Su consumo se populariza en el siglo XVIII en los cafés, lugares favoritos de encuentro para escritores, militares, empresarios, ociosos, conspiradores, espías y revolucionarios.
Pero fue hasta el siglo XIX que la moda del café se implantó de manera definida, al popularizarse en las ciudades que marcaban el estilo de la época como París, Roma, Viena y Berlín.
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